Esta ciudad esconde maravillosos relatos en todos sus rincones
Hoy sigo en la calle Príncipe donde se encuentra
el museo MARCO del que ya os he hablado aquí
Por esta calle paseamos miles de personas
pero sólo una permanece día y noche velando una de sus entradas
Curiosidad me entró la primera vez que pisé esta calle y vi una estática silueta
entre tanto movimiento, ahí fue cuando conocí a Manuel Castro,
un vendedor de periódicos que al quedar sin kiosco
salió a la calle con gran destreza para continuar con su profesión
Sin haber salido el sol ya recorría esta calle que no abandonaba
hasta bien entrada la noche y, abanicando el suelo con un periódico,
dejaba limpio el lugar donde acomodaba sus ejemplares
Muchos años después de haber desaparecido de la calle Príncipe
este popular vendedor que sostenía con el dedo índice de su mano derecha
el Faro de Vigo con gran habilidad, fue inmortalizado para que todo
el mundo pueda recordar a un personaje tan singular
Ahora cuando nos acercamos a él descubrimos una triste historia,
algún endiablado personaje le robó su tesoro y ahora, con el consiguiente
enfado de sus vecinos, descansa sin trabajar...
Esta mañana al acercarme hasta él para fotografiarlo, unas curiosas
señoras decían..."es el señor al que mi padre siempre le compraba el periódico..."
Muchos en Vigo todavía lo recuerdan
"Sigo aprendiendo"